El Jefe de mi Madre es un Demonio
Capítulo 1
El jefe de mi
madre es un demonio. Un demonio de verdad, de esos con cuernos y cola acabada
en flecha. Me imagino que se la esconderá en los pantalones para que nadie lo
reconozca. Pero mi madre descubrió la verdad y, por eso, la han despedido.
Ahora el único que trabaja en casa es mi padre y aunque tratan de hacer como si
todo fuera normal, yo sé que andan bastante preocupados, sobre todo por la
llegada del bebé.
Sé que el jefe
de mi madre es un demonio, porque escuché como se lo decía a mi padre una noche
en la que me mandaron a dormir temprano. No les obedecí. Ese día habían
sucedido muchas cosas que no entendía y no quería quedarme sin saber más. Así
que sin que se dieran cuenta me salí de la cama y a la chita callando, empecé a
escucharles hablar escondido tras la puerta de su habitación.
-Es un demonio-
dijo mi madre-. Es por el bebé. Ese hombre es un demonio que si pudiera se
comería a todos los niños del mundo.
-Sí- asentía mi
padre.- Es el mismísimo diablo. Pero no te preocupes, cariño, algo podremos
hacer. Para algo está la justicia y hacienda y la seguridad social, digo yo.
-No creo que
sirvan de mucho. Sabes que podían despedirme cuando quisieran. Mi jefe es un
demonio malvado, pero un demonio muy listo. Oh, Alfonso, ¿qué vamos a hacer?
En ese momento,
mi madre comenzó a llorar. Quise correr para abrazarla aun a pesar de que sabía
que si descubrían espiando me castigarían, pero mi padre se adelantó.
-No te preocupes
mi vida- le consolaba-. Encontraremos la solución a todo esto. Y por el bebé
que viene de camino, no hay problema. Todos los niños traen un pan debajo del
brazo.
Después de eso,
todo lo que se dijeron lo dijeron en susurros, no porque me hubieran
descubierto, sino porque los adultos son así. De modo que no me enteré de nada
más y me fui a la cama.
Me dormí hasta
muy tarde. Ese día me habían dado muchas noticias inquietantes y me habían
surgido demasiadas dudas. Empezando por el tema del bebé.
Sí, sí, sí. Ya
me sé todo eso de que los papás se quieren y entonces viene un hermanito nuevo
a la casa. Todo eso le pasó a Marta el año pasado. Primero sus papás le dijeron
que tendría un hermanito, luego la barriga de su madre comenzó a hincharse y
después se mudaron a una casa más grande. Fue un niño y le pusieron Enrique de
nombre. Todos dicen que es una monada, pero a nosotros nos parece un pestiño.
No hace más que llorar. Y que yo sepa, no trajo ningún pan debajo del brazo.
Además es tan pequeño que ni podría sostenerlo. Así que ¿Cómo es posible que mi
futuro hermano traiga uno? ¿Se pasará por la panadería antes de nacer?
Al principio
Marta no me creyó cuando le dije que el jefe de mi madre era un demonio.
-No puede ser-
me dijo-. Los demonios están encerrados en el infierno y de ahí no pueden
salir.
-Te digo que el
jefe de mi madre es un demonio. Se lo oí decir y ella nunca miente. A lo mejor
éste se ha escapado del infierno para fastidiar. Pero, Marta, ¿sabes qué?
-¿Qué?
-Ayer escuché
llorar a mi madre. No pienso permitir que nadie le haga sentirse triste. Así
que me da igual que sea monstruo, duende o demonio. ¡Pienso vengarme de ese tipo y conseguir que a mi madre le
devuelvan su trabajo!
Si quieres continuar leyendo... visita:
Desde España: https://www.amazon.es/dp/B009HBK7R4
Desde México: http://www.amazon.com/dp/B009HBK7R4