miércoles, 24 de abril de 2013

El nacimiento de la música

Fragmento de Alba, Albita y Albota



En una época en la que hacía tanto frío que los océanos estaban congelados y se podía caminar sobre ellos, hubo una tormenta muy fuerte. Los relámpagos tronaban con una furia nunca antes vista por el pueblo que habitaba las cavernas. Pensaban que era el fin del mundo, pero con cada nuevo resplandor, el cielo se preparaba para darles un regalo que cambiaría para siempre el rumbo de la humanidad: el fuego.
De repente un rayo iluminó el cielo y fue a caer sobre las ramas de un roble centenario. Era un árbol muy viejo, tanto que los abuelos de los abuelos de los hombres de las cavernas contaban que era más antiguo que el mundo y lo veneraban como si fuera el padre de todas las cosas.
El rayo golpeo el tronco con fuerza y lo partió en dos. Una de las mitades rodó por la ladera prendida en fuego hasta llegar a la entrada misma de la cueva. Todos se asustaron. ¿Qué era aquello que iluminaba como el sol? ¿Qué era aquello que producía tanto calor que parecía que el verano hubiera regresado de los lejanas tierras a las que huyó con la llegada del invierno?
Askiaté, la jefa del clan y una de las mujeres más valientes de la historia se atrevió a acercarse al fuego y lo observó durante toda la noche. Con el paso del tiempo, el tronco del viejo roble iba desapareciendo y el fuego se hacía cada vez más pequeño.
-Tal vez tenga hambre- pensó-. ¿Qué comerá este extraño ser?
Así que le dio un puñado de tierra. El fuego se hizo más pequeño aún.
-No, la tierra no le gusta. ¿Una piedra quizá? Tampoco.
Entonces probó con un muslo de antílope que había sobrado de la cena. El fuego pareció agradecerlo pero aún así no alcanzó el tamaño con el que había llegado a la cueva. De todas formas, hizo que la carne oliese deliciosa y supiese mucho más rica que cruda.
Por último probó con la madera de una de sus lanzas. Aquello sí le gustó al fuego que orgulloso iluminó hasta el último rincón de la cueva.
Askiaté hizo un pacto secreto con el fuego en el lenguaje que utilizaba para hablar con los árboles. Ella y su pueblo se comprometían a alimentarlo para que les diera calor y luz en las noches de invierno. Desde ese momento nunca más volvieron a pasar frío.

-Abuela, ¡qué historia más bonita! Pero no entiendo qué tiene que ver con la flauta.
-Los hombres del Neardental no inventaron el fuego, lo descubrieron por casualidad. Antes de fabricar cerillas y mecheros ya sabían que había que alimentarlo lo suficiente para que no se apagase, pero no tanto como para que fuera un peligro.  En Dijve Babe un lobo mordió un hueso de oso y dejó la marca de sus dientes en cuatro agujeros perfectos. Tiempo después la caverna fue descubierta por los hombres del Neardental que se asentaron allí. En una fría tarde en la que no se podía salir a jugar, un niño jugó a explorar todos los rincones de la cueva y encontró el hueso. Sopló por uno de los extremos y entonces…
-¿Entonces?
-Nació la música.

martes, 23 de abril de 2013

Alba, Albita y Albota

¿Qué mejor manera de celebrar el 23 de Abril que publicar un libro?

Hoy acaba de aparecer a la venta en Amazon mi última novela infantil Alba, Albita y Albota

Albita es una niña que vive feliz junto a su madre Alba y su abuela Albota, una arqueóloga empeñada en descubrir cómo era la música en la prehistoria. Pero todo se tuerce el día en que Pirata, su perro, se come un calcetín con una flauta milenaria en su interior.

Desde ese momento, la armonía de su casa desaparece. ¿Pero podrán las tres Albas superar sus diferencias y dejar de estar enfadadas?

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