martes, 30 de octubre de 2012

Donde viven los monstruos


Donde viven los monstruos

La resolución de conflictos


Textos e Ilustraciones Maurice Sendak. Editorial Alfaguara


Hace dos días recibí de regalo de cumpleaños este álbum ilustrado y editado, en su versión en español, por Alfaguara. Desde hacía tiempo tenía sentimientos encontrados: ganas y temor de leerlo. Ganas porque como se sabe Sendak revolucionó con este libro el mundo de la literatura infantil. Temor a que me decepcionase o a darme cuenta que no comparto el concepto de fantasía del autor. Así que soy sincera al decir que abrí el libro con mucho nerviosismo. Pero desde el momento en que lo hice mi sorpresa fue en aumento como las ilustraciones del álbum.

Donde viven los monstruos es un álbum infantil ilustrado. Esto quiere decir que es un libro en el que las imágenes pesan tanto o más que el texto. La historia se cuenta a través de ambos lenguajes de forma que el texto sin imágenes quedaría incompleto. Puede haber álbumes ilustrados sin texto, pero nunca sin dibujos.

No obstante he de decir que lo primero que me sorprendió del libro fue lo cuidada que estaba la narración. Es muy normal que, al ser un elemento secundario, en este tipo de obra se descuide el texto. Pero no en Donde viven los monstruos. Aquí la narración está llena de metáforas maravillosas  y de un ritmo que nos transporta a la infancia en donde los monstruos solo pueden rugir “sus rugidos terribles y crujir sus dientes terribles y mover sus ojos terribles y mostrar sus garras terribles”.

Y es que es así como los ve Max, un niño al que su madre castiga, después de hacer todo tipo de trastadas disfrazado de lobo y al que llama Monstruo. Al encontrarse a solas en su habitación Max tiene que interpretar esta información, así que comienza un viaje introspectivo hacia el país en el que vive lo salvaje  Es como si pensara “¿Mamá dice que soy un monstruo? Pues va a ver que no soy un monstruo cualquiera. Yo soy el Rey de todos los monstruos.”

El pequeño Max se embarca en su velero particular “entrando y saliendo por las semanas saltándose casi un año hasta llegar a donde viven los monstruos”. Allí como rey busca aventuras (algunas narradas, otras simplemente ilustradas) con su séquito de monstruos hasta que se aburre y echa de menos estar “donde alguien lo quiera más que a nadie”. En definitiva, aunque le haya hecho una rabieta quiere estar con su mamá. A través de la imaginación ha encajado el enfado de la madre, lo ha superado y quiere volver a estar con ella.

Por su parte,  se intuye que la madre ha tenido un proceso similar y ha perdonado a su hijo al dejarle la comida (estaba castigado sin cenar) en su cuarto. La madre de Max no aparece en todo el cuento, pero se nota su presencia y su perdón real en la cena “con olor de comida rica” y todavía caliente como son y permanecen siempre en nuestro recuerdo las comidas de la infancia.

Así que podríamos decir que Donde viven los monstruos es, entre otras muchas cosas un libro sobre la resolución de conflictos. Por lo tanto, un libro útil y educativo. Entonces, ¿de donde vienen las críticas que se le hicieron al autor y de las que hablé al inicio de esta reseña?

Donde viven los monstruos se publicó a principio de los 60 y levantó mucha controversia porque aparecían ilustraciones de monstruos que podían asustar a los niños  (en realidad apetece abrazarlos), y por el comportamiento travieso de Max que rompía con los protagonistas modélicos de la época y que hablaba claramente de la rebeldía de un hijo frente a su madre y del castigo que ésta le ponía.
Creo que lo mejor es citar a Sendak para rebatir estas dos críticas:

1. “Los niños, me consta, desgastan los ejemplares en las bibliotecas y los releen constantemente en sus casas. Algunos me han enviado dibujos de sus propios monstruos, que hacen de los míos ositos de peluche. Todavía no he tenido noticia de ningún niño al que le haya asustado el libro.”

2. “Los adultos son personas que tienden a sentimentalizar la infancia, a ser sobreprotectores y a pensar que los libros para niños han de amoldar y conformar la mente a los modelos aceptados de comportamiento."

Pero no pasó mucho tiempo hasta que se reconoció el valor de esta obra y de su autor. Sendak recibió el premio Hans Christian Andersen, el galardón más importante de ilustración infantil. Es curioso que el mismo año recibió el mismo premio pero en la version literaria Gianni Rodari, también reseñado en este blog.

Para más información, os dejo un par de links de reseñas muy buenas:


http://www.imaginaria.com.ar/22/2/sendak.htm

miércoles, 17 de octubre de 2012

Mi vecina, la ladrona



Antes de ayer me asomé a la ventana y esto es lo que vi: una ardilla había robado un limón de la casa de al lado y se lo llevaba por los cables del teléfono.